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Devocional diario

La palabra del Señor dice en el libro de Mateo capítulo 7 versículos 7 y 8: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se abrirá”.

Una de las problemáticas que podemos encontrar en estos días es la forma de comunicarnos con otros en diferentes contextos: en nuestro hogar, con nuestros padres, cónyuge o hijos; en el trabajo, con nuestros colegas; en nuestro barrio, con nuestros vecinos o amistades; al ir de compras y tratamos con la persona que atiende aquel lugar, etc. Diferentes escenarios en donde es imprescindible la comunicación.

A partir de lo anterior surge la pregunta: “¿Cómo podríamos evitar tal problemática a nivel comunicativo?” La respuesta a la interrogante se resume en un concepto: “Comunicación Efectiva”. La efectividad de la comunicación es la clave, ya que gracias a esto podemos transmitir un mensaje claro, comprensible, sin provocar alguna duda, confusión o una interpretación equivocada por parte de quién lo recibe.

Ahora bien, ¿cómo podríamos relacionar la información con el versículo en el cual se basa el devocional de hoy? Si bien, en el mundo secular encontramos diversas herramientas que pueden fortalecer nuestra habilidad de comunicar el mensaje que quiero transmitir a un “otro”, como hijos de Dios tenemos la herramienta más poderosa, la cual nos permite comunicarnos directamente con nuestro Creador: La Oración.

La oración es el medio de comunicación por el cual nos dirigimos a Dios, hablando con Él, abriendo nuestro corazón, mostrándonos ante el Señor tal cual somos; realizando dicha oración con “Adoración”: Proclamando lo maravilloso que es Dios; “Confesión”: Declarando a Dios nuestras faltas y pecados; “Agradecimiento”: Agradecer a Dios por todo lo que hace por nosotros; “Intercesión”: Orar por otros; y “Petición”: Pedir a Dios por cada necesidad que podamos tener.

El poder de la oración es real: En Salmo capítulo 62 versículo 8 dice: “Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón: Dios es nuestro amparo”. En el libro de Juan, en el capítulo 14 versículos 13 y 14 Jesús mismo nos dice: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”.

Pidámosle a Dios que nos ayude a depositar nuestra confianza en Él por medio de la oración, frente a cada situación que estemos enfrentando o vayamos a enfrentar, confiando plenamente en Él y que a Su tiempo, responderá.

Que el Señor les bendiga.

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